Los primeros practicantes de Masaje Tailandés fueron los monjes de los templos budistas.
Al igual que en la práctica del masaje Ayurveda, el masaje Tailandés se desarrolló como un arte curativo basado en un ideal holístico del humano, incluyendo para su armonía hierbas, alimentos y aromas.
Estos masajes, (influenciados por el concepto chino de la acupuntura y acupresión), se basan en el concepto de estimular las líneas de energía invisibles que corren a lo largo de nuestro cuerpo etérico, y en un nivel más superficial, las posturas y estiramientos propios del masaje fueron evidentemente influencias por el Yoga, desarrollándose así una serie de protocolos cuyo objetivo principal es la armonización global del individuo.
A través del Masaje Tailandés, podrás liberar las tensiones musculares acumuladas, aprendiendo a estirar todo el cuerpo.
Recuperando la elasticidad, en los tendones y ligamentos, permitiendo una mejor vascularización en los cartílagos interarticulares.
El flujo de la sangre aumenta, a la vez que se consigue un estado de armonía y bienestar.
Nutriendo mejor las células a la vez que se facilita su purificación al aportar más oxígeno vía arterial.
Esta purificación celular, repercute en un efecto antioxidante de la misma, por lo que el Masaje Tailandés, es considerado como una de las terapias más recomendadas para mantener la juventud, previniendo el envejecimiento precoz (Técnica Anti Age) .
«El Masaje alimenta la Empatía, desarrollando la Sensibilidad y la Intuición, a través del Afecto, el Cariño y la Ternura»